Por ENRIQUE CASTILLO-PESADO
Estuve hace poco en ese refugio de encanto natural y tranquilidad en el Caribe Mexicano, que es Cozumel.
De inmediato sentí la necesidad de remontarme en el tiempo a otras visitas anteriores y recordar gratos momentos, experiencias de convivencia con la naturaleza y la impresionante tonalidad en azules matizados que manifiesta el mar que rodea a esa isla tropical.
Cada viaje, cada regreso, me traen memorias muy satisfactorias y no estarían del todo completas, si no incluyo la magnífica oportunidad de reafirmar mi preferencia por una propiedad hotelera fuera de serie y que se mantiene firme a la vanguardia, como la propuesta de excelencia en todos sentidos.
El hotel Presidente Intercontinental Cozumel Resort & Spa es sin duda, el mejor refugio para gozar de la exclusividad inmersa en una frondosa vegetación, e inmejorable ubicación dentro del Parque Marino Nacional de Cozumel, hogar de uno de los más grandiosos y ricos sistemas de arrecifes del mundo.
NUEVA FISONOMIA
El hotel se reinventó por completo durante el 2006 una vez que se remodelara completamente para afrontar los daños causados por el huracán Vilma que azotó a la región.
Una inversión de 25 millones de dólares le devolvió la magia y gran estilo a la propiedad y su rediseño a cargo del famoso arquitecto del Bantastudio, Bryan W. Tarrant, definitivamente la ha colocado como uno de los más exclusivos resorts de todo el Caribe, como lo reconocen hoy infinidad de viajeros expertos, entre los más exigentes.
Su reapertura en noviembre del 2006 dejó muy claro que sus habitaciones, centros de consumo, salones, áreas comunes, albercas y jardines, sin olvidar la introducción de Mandara, su Spa de calidad mundial, poseen nuevo carácter con una atmósfera de lujo y distinción irrefutable.
Sus habitaciones y suites fueron dotadas con lo último en tecnología, mobiliario de diseñador muy vanguardista, baños lujosos y espaciosos con amenidades exclusivas.
ESTILO Y COMODIDAD
Se combinaron el lujo y el diseño más contemporáneo para recrear en sus 220 habitaciones y suites un ambiente de alojamiento suntuoso y relajado a la par, donde predominan además las terrazas y balcones con vista excepcionales hacia el mar.
Las habitaciones superiores frente a los 800 metros de playa privada de la propiedad, ofrecen amplias terrazas con acceso directo al mar y las Ocean Suites de casi 75 metros cuadrados, son las más confortables y ofrecen las mejores vistas del Caribe.
Adicionalmente, hay servicios únicos como el de mayordomo las 24 horas del día, para los huéspedes de las habitaciones y suites de lujo frente al arrecife y de la suite presidencial.
Pantallas de plasma, teléfonos automáticos, equipo de sonido con control remoto, conectividad de alta velocidad de Internet y cerraduras y cajas de seguridad electrónicas, son otras tantas ventajas que marcan la diferencia.
Igualmente, las sábanas de algodón egipcio puro, los impecables edredones y las amenidades de baño de lujo desde luego, son dignas de mención y honores.
SENSACIONES Y SABORES
Asimismo, el hotel ostenta orgulloso el distintivo H de sanidad e higiene estricto en manejo de alimentos, obtenido por todos y cada uno de sus centros de consumo.
Un mundo de enriquecedoras experiencias culinarias ofrece el hotel, creadas para satisfacer aún al más exigente paladar.
Una amplia variedad de opciones gastronómicas para la cena que van desde la cocina regional, hasta la de autor y el sabor único de la alta cocina de Italia en el famosísimo restaurante Alfredo Di Roma y su cava, la más completa y mejor cuidada que hay por esos lares.
Indiscutiblemente la calidad y servicio de este restaurante le confieren al resort la categoría de líder culinario.
Se suman a éste los restaurantes El caribeño situado frente a la playa y bajo una gigantesca palapa con especialidades mexicanas e internacionales a la carta o en buffet. Y en el Bar Caña Brava junto al mar, se sirven platillos del mar ligeros, botanas y bebidas tropicales refrescantes en ambiente muy relajado.
Por si fuera poco, el hotel ofrece a sus huéspedes la posibilidad de disfrutar cenas privadas en locaciones excepcionales del establecimiento, incluyendo cualquiera de sus playas.
EXPERIENCIA SPA
No estaría completo el cuadro sin un Spa de clase mundial como Mandara, experiencia sensorial única, donde se dan cita las tradiciones ancestrales mayas y orientales, traducidas en tratamientos y terapias que incluyen frutas y especias autóctonas bajo un ambiente de relajación total y otras opciones de Spa a la europea.
Masajes y sesiones revitalizantes benefician el cuerpo y el alma experimentando lo máximo en este terreno.
Es un Spa caribeño diseñado para incorporar elementos naturales que habitan en la isla a la experiencia terapéutica del agua y las instalaciones ofrecen baño de vapor, jacuzzi, hidromasaje, cabinas de masaje, tratamientos faciales, spa de pies y manos, regaderas exteriores, temazcal maya, tratamientos infantiles y clases de yoga. Cabe mencionar que casi adyacente al spa, se localiza el Chiqui Club, un programa diseñado para brindar comodidad a los padres de los pequeños y entretenimiento sano para ellos con la mayor seguridad y diversión, con juegos y dinámicas donde aprenden a la vez.
EVENTOS Y REUNIONES
Personal dedicado a grupos y eventos especiales brindan la mayor ayuda en la organización de estos y la oportunidad de utilizar salones de juntas y eventos equipados con lo necesario para que la reunión sea un éxito. Por consiguiente los espacios y áreas especiales en las instalaciones del hotel, permiten recrear marcos ideales al atardecer o la noche en jardines, terrazas y las playas del hotel en ocasiones muy particulares como son bodas o fiestas tema, con el toque personalizado al gusto del organizador.
MAS ACTIVIDADES
Es bien conocido Cozumel como la capital del buceo mundial por su espectacular cadena de arrecifes únicos en el planeta, así que es un paraíso para los expertos buzos y aficionados para practicar este deporte, así como la vela, el snorkeling, kayaking y la natación.
El hotel ofrece innumerables actividades como estas, así como golf y otras tantas, como la visita a sitios arqueológicos. Y hasta la próxima ¡abur!